En un post anterior, te hablaba de la posibilidad de utilizar una agenda convencional y aun así seguir el método de Bullet Journal.
Si te pareció interesante y estás a la búsqueda de una agenda en la que empezar a poner en práctica el sistema, una de las preguntas más habituales que puedan surgir es:
¿Y qué agenda me compro yo ahora?
Que no cunda el pánico. Te voy a enseñar las configuraciones más habituales con varios trucos y opciones para que encuentres aquella que se adapta mejor a ti.
Si estás comenzando en el mundo Bullet Journal también puede que te vengan bien estas pautas por si quieres hacer una transición más amistosa de una agenda convencional a un Bujo.
Configuraciones
Las configuraciones (también llamdas) que te voy a enseñar ahora son básicamente «cómo se ven» las agendas por dentro. Dependiendo de tu ritmo de vida y tus necesidades, habrá una configuración que se adapte mejor a ti.
Diaria
Es la más parecida a un cuaderno. Tienes una página entera para cada día, por lo que tendrás espacio para apuntar tareas para aburrir. Si tus días están cargaditos y, además, te gusta hacer lluvia de ideas y anotar todo lo que te pase por la cabeza, no descartes esta opción.

Un truco: si te decides por esta configuración, puedes optar por jugar con el tamaño de la agenda, más grande o más pequeño, para ajustarlo a tus expectativas.
Semanal
Este tipo de vistas suelen ser las que mejor funcionan porque la semana es una unidad de tiempo lo suficientemente pequeña como para manejarla bien en su conjunto y lo suficientemente grande para poder desglosar tareas en varios días siguiendo un orden de los ritmos naturales.
Dentro de este tipo de vistas, puedes encontrar una división de los días tanto horizontal, como vertical, pero siempre manteniendo la premisa de que tienes una misma semana en páginas contiguas.

Encuentro este tipo de configuración especialmente util si tienes tareas que se elapsan en el tiempo. Por ejemplo, si tienes un curso que va a durar tres días seguidos, merece la pena tenerlo apuntado y visible para organizar tus tareas el resto de los días acorde con el tiempo que vas a estar en el curso.
Lo mismo ocurriría con citas recurrentes aunque no consecutivas. Si por ejemplo tienes clase de inglés martes y jueves de tarde, es interesante tenerlo bien a la vista para programar hacer la compra grande el lunes o miércoles o tomar esa caña con las amigas el viernes mejor que el jueves, por ejemplo.
Mensual
Este tipo de configuración te permite tener controlado todo el planning del mes en un solo vistazo. Es muy útil cuando tus rutinas suelen ser muy estructuradas y lo que más te importa es tener localizadas las citas o eventos puntuales, como la revisión del coche, la cita del dentista o cuándo viene tu tía Pepi a visitarte (ah, no, que no hemos dejado del todo atrás a la pandemiolocura, pero tú me entiendes).

La pega que tienes que que tendrás que sacrificar espacio si quieres apuntar muchas cosas en un solo día. ¿La gran ventaja? Tener todo el mes a golpe de vista.
Por horas
En realidad este tipo de planificadores suelen verse también en las configuraciones de vista diaria y semanal, así que podría ser válido para ambas dos.
Se caracteriza por regir los días en torno a bloques horas. A la izquierda de la página suelen venir desglosados los horarios, de manera que podrías ir apuntando tus tareas en orden cronológico.
Me parece bastante util para todos aquellos que tienen días muy cargaditos de reuniones, llamadas o conferencias, porque no sólo puedes ver las horas que prevés estarás ocupado, si no también los huecos libres.
Ojocuidado que con este tipo organización por bloques de horas solemos sobrestimar lo que somos capaces de hacer y acabamos petando los días con más cosas de las que podemos abarcar.
Bonus: busca el mix o compagina con planners.
Ser organizado hoy en día es cool y gracias a esta tendencia existen agendas que suelen combinar varias de estas vistas, si no todas. Lo más común es que las agendas cuenten con un calendario anual y una vista semanal o diaria, por lo que sería sencillo encontrar una combinación que te funcionase.

Y si no, ¡siempre quedan los planers! Los de escritorio, los tipo calendarios en la nevera, los que tienes en el corcho de la habitación o debajo del ordenador para que no te pierdas nada.
*Te recuerdo también que si te suscribes a la newsletter te regalo un planner semanal para que puedas practicar y aquí te explico cómo lo puedes convertir fácilmente en una agenda o BuJo.
Como ves, las combinaciones pueden ser tantas y tan variadas como tu imaginación te lo permita. Aunque, si eres como yo, que me atraganto cuando tengo muchas opciones, te aconsejo que empieces a crearte «tu agenda» a mano y una vez tengas identificada cuál es la configuración que más se adapta a ti, vayas a por una agenda… ¡o te animes directamente con el Bullet Journal!
Espero que estos consejos te hayan parecido útiles. Y si tienes algún otro del que no me dé cuenta, no dudes en dejármelo en comentarios.
Hasta entonces, ya sabes.
Después de 20 años usando agendas con diferentes configuraciones, puedo confirmar que soy de vista semanal horizontal. Se me hace muy, muy cómodo ver la semana al completo.
Eso sí, los calendarios mensuales me resultaban super útiles cuando estudiaba para anotar los exámenes y organizarme el estudio.
La organización por horas nunca he sabido llevarla bien. Solía usarla también para organizar el estudio y me pasaba eso que cuentas: sobreestimaba mi capacidad, así que al final no me servía de nada el planning y acababa improvisando.
¡Un besote!
Reconozco que la vista semanal también es una de mis preferidas. Es la que utilicé media vida, lo que nunca llegué a hacer fue utilizar los calendarios mensuales para anotar los exámenes. Así iba yo por la vida, estudiando al último momento, jajajaja.
Gracias por pasarte y por tu comentario ♥
¡Un besote de vuelta!